1)Decide qué es lo que deseas. (¡Sé preciso! La claridad es poder.)
2)Emprende la acción (porque el solo deseo no basta).
3)Fíjate en lo que funciona y en lo que no. (No te interesa seguir gastando energías en procedimientos inútiles.)
4)Cambia tus procedimientos hasta conseguir lo que deseas. (La flexibilidad te permitirá emplear nuevos métodos y conseguir nuevos resultados.)
Para la consecución de nuestros objetivos solemos emprender acciones
de consecuencias importantes.
¿Acaso las abejas se plantean la polinización de las flores? No, pero, en su búsqueda del dulce néctar, la abeja mancha las patas de polen, vuela hasta la flor siguiente y, sin darse cuenta, pone en
marcha una maravillosa reacción en cadena que tiene como resultado campos enteros cubiertos de color.
Es muy probable que, de modo similar, tu esfuerzo por satisfacer objetivos valiosos haya acarreado beneficios inesperados a otras personas. Puede que la sencilla decisión de llamar a un viejo amigo una
vez al mes haya resultado en toda una serie de ventajas totalmente imprevistas.
¿Cuántas ventajas podrían encerrar tus esfuerzos actuales para otras personas?
No postergues tu alegría y felicidad. Para muchas personas, la realización de sus objetivos implica que sólo algún día lejano, después de haber conseguido algo espectacular, podrán disfrutar de la vida.
Hay una gran diferencia entre el éxito para ser feliz y el feliz esfuerzo para tener éxito. Intenta vivir todos los días plenamente, aprovecha hasta la última gota de alegría que te ofrezca cada momento. En
vez de calcular el valor de tu vida en base al trecho recorrido hacia la satisfacción de un único objetivo, recuerda que la dirección hacia la que te mueves es más importante que los resultados parciales.
¿Qué dirección sigues actualmente? ¿Avanzas hacia tus objetivos o te alejas de ellos? ¿Necesitas
modificar el curso? ¿Disfrutas plenamente de tu vida?
Si no es así, cambia ahora mismo
tu actitud en el
área que
corresponda.
¿Cuantas veces has oído la queja «qué más me queda ya»?
Los astronautas del Apolo, quienes habían dedicado su vida entera a la preparación de aquel alunizaje, se sintieron eufóricos en el histórico momento de gloria. Tras su regreso a la Tierra, sin
embargo, algunos de ellos sufrieron una profunda depresión.
¿A qué más podrían aspirar en la vida?
¿Qué objetivo podría ser más grande que ir a la Luna y explorar el espacio?
Quizá la respuesta se encuentre en la exploración de otra frontera desconocida: nuestro espacio interior, los territorios de la
mente y del corazón. Todos necesitamos sentirnos siempre en el camino de un desarrollo emocional y espiritual. Este es el
alimento del alma.
En la medida en que te acercas a la consecución de tus objetivos actuales, no te olvides de plantearte otras metas seductoras para el futuro.
El verdadero propósito de cualquier objetivo es enriquecerte como persona a raíz del esfuerzo realizado para satisfacerlo. La verdadera recompensa es moral.
Encamínate de forma segura y constante hacia tu éxito. No hay barreras, no hay obstáculos , sólo la intención firme de enriquecerte de forma integral y de ayudar a otros a lograr lo mismo.
El dinero es energía positiva , que te enriquece plenamente usándolo para fines adecuados. No te cierres a esta estupenda posibilidad.
Únete cuanto antes y comienza a cambiar tu vida junto a un Equipo de Emprendedores, de personas estupendas que también han luchado por estar hoy donde están. Algo seguro te podemos decir, no te arrepentirás.
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Fuente: Pasos de Gigante
Anthony Robbins
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