miércoles, 5 de febrero de 2014

El Secreto de la Mente Millonaria Audio Libro


El Secreto de la Mente Millonaria


 H. Eker identifica al rico, al pobre y a la clase media, no por el volumen de dinero que posean en su cuenta bancaria, sino más bien por la actitud mental.


El autor de este best seller, sugiere de modo insistente que pensar como el rico, lleva a actuar como el rico y esta actitud solo atrae más riquezas a la vida de quien tiene, dichos pensamientos.

Más allá del extracto social al cual el individuo pertenezca en el presente, cualquiera puede subir en su escala de status financiero, siempre y cuando siga unas reglas sencillas y modifique su forma de pensar, ya que para Harry Eker, la única diferencia, está en la actitud mental de cada uno.




Basado en el principio de que los pensamientos generan sentimientos y
los sentimientos generan acciones, es fácil deducir que las acciones generadoras de riquezas, proceden de pensamientos de riqueza. Es decir, piensa como rico y serás rico

Crear riquezas:La principal y más importante diferencia en la forma de pensar entre un rico y un pobre, radica en que el rico piensa que es él quien controla y decide su vida, que puede hacer su destino, en definitiva, que su vida es algo que él decide. En cambio el pobre, piensa que la vida sólo son acontecimientos que le suceden sin que él pueda hacer demasiado para cambiarlos. 

Las circunstancias negativas siempre encuentran un culpable externo y se ubica preferentemente en el papel de víctima. La diferencia radica en que el rico tiene el control de su vida y el pobre cree que no puede tenerlo.

La gente rica mantiene una responsabilidad constante con el pensamiento de generar riquezas, en cambio el pobre solo mantiene un deseo de ser rico, un simple sueño que no logra concretar, ya que cuando piensa en ser rico, sus pensamientos derivan a los posible problemas que tienen los ricos y se auto convence de que es mejor seguir como está. 

Por tanto, según la Ley de Atracción, el pobre con su actitud sólo atraerá más pobreza a su vida. El pensamiento de la gente que gana dinero, está focalizado primordialmente en las oportunidades, el rico, ve oportunidades en todos lados y bajo cualquier circunstancia.

 El pobre, sin embargo, se centraliza más en los obstáculos y sus decisiones están basadas en el temor a fracasar o en el temor al éxito, que aunque parezca inverosímil, es mayor que el miedo al fracaso. El pobre prefiere secundar en lugar de liderar, elige ser espectador mientras que el rico elige ser protagonista.

 Ganar dinero sigue siendo una cuestión de actitud. En materia de inversiones cuanto mayor es la ganancia mayor es el riesgo y como los ricos ven oportunidades, los ricos están dispuestos a arriesgar. Están convencidos de que, si las cosas no funcionan como lo esperaban, siempre tendrán otra oportunidad. 
 
Un vídeo estupendo que te va a encantar.  













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